🎨 ¿Qué es un buen diseño?

¡Hola a todos!

Hoy os traigo un post relacionado. Consiste en un trabajo que nos hicieron hacer sobre qué era para nosotros un buen diseño, escogiéramos un objeto ejemplar y lo defendiéramos a muerte. 
Ese día fue el primer día de la asignatura de Taller de Diseño, y fue una matanza. Uno a uno el profesor iba sacando los problemas de cada diseño, dejándonos sin palabras. 
No se salvó ni mi aceitera, ni la cafetera de Nesspreso ni un boli para zurdos y diestros al mismo tiempo. 

Si algún día te encuentras con un trabajo así, yo te aconsejo que no elijas por tu opinión ya que será una elección subjetiva y fácilmente criticable. Yo escogí esta licorera porque es conocida como un buen diseño español y está en un museo de diseño. Ya son buenos argumentos con los que empezar a defender tu elección. 



ACEITERA ANTIGOTEO
Diseñador: Rafael Marquina

¿Qué características debe tener un buen diseño?
Útil, fácil de usar
Mejor que los diseños anteriores
Sencillo, bonito y atemporal
Fácil de fabricar, almacenar y transportar
Económico
Respetuoso con el medio ambiente

Necesidad encontrada.
El objeto que he seleccionado se trata del re-diseño de un objeto cotidiano, de antiquísima tradición, muy vinculado a la cultura del Meditaráneo. La aceitera ha sido objeto de fabricación y uso popular desde hace miles de años. Pero siempre ha tenido un inconveniente, sean cuales sean los innumerables modelos que se han utilizado, todas gotean.

Problema de los diseños anteriores.
  • Goteo hacia la base
  • Necesidad de un recipiente
  • Fabricación compuesta por varias piezas más tapón
  • Inestabilidad
  • Difícil de limpiar y rellenar

Aceitera antigoteo.
Rafael Marquina creó la aceitera antigoteo en 1961 inspirándose en las ventajas formales de los recipientes de laboratorios. Con ella obtuvo el Premio Delta de Diseño ese mismo año. 
Sin embargo, fue en los 80 cuando se popularizó, primero como objeto de vanguardia, y poco después para su uso cotidiano, sustituyendo a las aceiteras tradicionales de vidrio que siempre goteaban.
Marquina produjo una evolución importante dentro del sector de las aceiteras. Su propuesta supuso un cambio a nivel formal, consiguiendo que estéticamente se integrara mejor en los nuevos conceptos del diseño industrial. 
Reinterpretó un objeto de uso cotidiano de forma eficiente e ingeniosa, solucionando un problema y dándole valor estético estableciendo una coherencia entre material, utilidad y forma.
El diseñador aprovechó las nuevas técnicas de vidrio para crear un cuerpo cónico, con una pipeta superior ligeramente torcida por donde sale el aceite. Su sistema de doble cono permite que se llene con facilidad y a la vez recoge las gotas que inevitablemente se deslizarán por el pitorro. El líquido restante que gotea por el  pico se reintroduce en el recipiente a través de un pequeño orificio de recogida, que además sirve para que entre el aire.
Es un diseño de un único material, higiénico, fácil de limpiar (se puede meter en el lavavajillas), en el que ves en todo momento el contenido. El aceite y el vinagre tienen colores característico y bellos, en ningún caso se deben ocultar ya que ayudan a la identificación de los mismos.
La aceitera tiene una base estable, de manera que es casi imposible que vuelque. También es muy fácil de rellenar gracias a su embocadura en forma de embudo. No precisa un recipiente debajo para evitar manchar con el goteo.
A su vez, se trata de un objeto ergonómico, ya que se adapta a la mano y no se escurre gracias al cuello de cono invertido y el material esmerilado. 
Su forma, ya no genera la necesidad de añadir un asa o un tapón de corcho, lo cual abarata los costes y el proceso de fabricación. De hecho, hoy en día se puede encontrar en tienda, de material plástico o cristal, a precio económico. 

Para acabar, otro factor a destacar es el hecho de que se trata de un objeto de uso doméstico, para todas las edades y todas las culturas, con un diseño atemporal cuya forma expresa su manejo con solo observarla.







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